Leches vegetales: antídotos naturales

Si bien todas las semillas son antioxidantes y nos aportan nutrientes de alta calidad, cada especie posee cualidades y propiedades específicas. Por eso, es recomendable un consumo variado.

SEMILLAS DE SÉSAMO: Son una extraordinaria fuente de calcio, muy superior a la leche de vaca. Contienen lecitina que resulta beneficiosa para la buena memoria.

SEMILLAS DE CALABAZA: Son conocidas por sus beneficios para cuidar y proteger la próstata y la vejiga. Son también un buen estimulante de páncreas, ayudando por lo tanto a regular los niveles de azúcar en sangre.

ALMENDRAS: Valiosos antioxidantes, contribuyen a eliminar toxinas, ayudan a la regeneración del sistema nervioso.

SEMILLAS DE QUINOA: Según la ONU, presenta un equilibrio de proteínas y nutrientes muy cercano al ideal del alimento humano.

LECHE DE SEMILLAS DE ALPISTE: Es una de las más enzimáticas, de alto contenido proteico. Contribuyen a eliminar grasas y toxinas.

SEMILLAS DE LINO y CHIA: Ricas en Omega 3. Poseen un concentrado de sustancias nutricionales y terapéuticas de altísima calidad. Al tomar contacto con el agua generan un mucílago beneficioso para la flora intestinal y que además, produce saciedad. Otras opciones: nueces mariposa, nueces Pecan, semillas de girasol, semillas de albaricoque, avellanas, semillas de amapola, cacahuetes, anacardos, pistachos, etc.

 

Fuente: Cecilia Benedit, autora de Leches vegetales, jugos y batidos, de Editorial Sirio.