10 hierbas que protegen el corazón

Entre las especies medicinales hay para todas las afecciones, hasta para proteger a nuestro órgano más noble. Todas con eficacia comprobada.

Espino blanco o espino albar. Debido a los flavonoides que contiene, refuerza el corazón. Es vasodilatador coronario y antiescleroso, hipotensor ligero y antiespasmódico, sedante del sistema nervioso simpático y central. Esta planta puede ser usada por tiempos prolongados, lo que la hace muy conveniente en problemas crónicos. Útil en arritmias, extrasístoles, taquicardias, palpitaciones, dolor anginoso, coronariopatías, hipertensión, ateroesclerosis, espasmos vasculares y vértigo. Se utiliza también como preventivo.

Liga, visca o muérdago. Es un antiguo remedio antihipertensivo y contra el endurecimiento de las arterias cardíacas. Reconocido por aliviar síntomas como el dolor de nuca y los mareos que causa la presión alta. Habitualmente se lo combina con otras hierbas, como la valeriana, la lavanda o la melisa para facilitar el sueño.

Achicoria. Tiene muchísimas propiedades. Es estimulante del apetito, laxante, diurética, colerética, bacteriostática y protectora del higado. Pero en cuanto al corazón, su virtud es la de mejorar las arritmias por medio de los alcaloides que contiene, y las taquicardias, gracias a la inulina. También debido a estas dos acciones, contribuye a regular la tensión arterial.  Hojas y raíz tienen estos principios activos así que puede aprovecharse la planta completa.

Árnica.  A nivel cardíaco trabaja como el espino blanco debido a los flavonoides que contiene, como cardiotónico y vasodilatador coronario. También es antiasmática.  Es importante la salvedad de que es una planta tóxica en dosis elevadas o tratamientos prolongados.

Olivo. Sus hojas tienen un glucósido que actúa justamente a nivel de las arterias, sobre la musculatura lisa de los vasos produciendo una dilatación. Además es antiarrítmico y antiespasmódico, por lo que se usa como hipotensor. Está indicado cuando hay ácido úrico alto, hipertensión, problemas coronarios, diabetes y ateroesclerosis.

Ajo. El ajo no actúa a nivel eléctrico pero interviene directamente en los factores de riesgo más importantes que afectan a este órgano y a la circulación coronaria. Es vasodilatador, sobre todo a nivel de las piernas, ojos y cerebro. Disminuye el riesgo de formación de trombos y de placas de ateroma, y tiene acción anticolesterol.

Fenogreco. Sus semillas, usadas como especia en la cocina oriental, favorecen al corazón por dos vías. Una de la de disminuir el colesterol malo y elevar el colesterol bueno, y se han encontrado diez sustancias con efecto anticolesterol en su composición.

 Lavanda. Es un sedante del sistema nervioso central, que colabora aliviando espasmos, baja el ritmo cardíaco y relaja, por lo que disminuye la tensión arterial y las palpitaciones de origen nervioso. Se puede preparar una infusión de lavanda mezclada con otras plantas tranquilizantes como tilo, amapola, melisa, pasiflora e hipérico.

Agripalma o cola de león. Su nombre científico es Leonorus cardiaca, que quiere decir corazón de león, porque se usa desde tiempos muy antiguos para la angina de pecho, cardiopatías y precordialgias. La agripalma actúa como calmante cardiaco e hipotensor, disminuyendo la presión sanguínea, con efecto prolongado en los trastornos neurogénicos y funcionales del corazón como las taquiarritmias y otros trastornos cardiacos.

Pasionaria. Es un sedante por excelencia y esto favorece al corazón cuando este se ve afectado por nerviosismo, preocupaciones o dificultades para dormir, sobre todo en las personas mayores. Tiene acción analgésica, ansiolítica, espasmolítica, e hipnótica suave, actúa contra las palpitaciones, la taquicardia y la hipertensión arterial de origen nervioso.