La caída del pelo es completamente normal cuando ésta no se excede de 100 cabellos diarios. Esto se debe al hecho que el cuero cabelludo se encuentra siempre en proceso regenerativo y por eso, produce cabello todo el tiempo. Sin embargo, cuando la caída es mucho mayor a esta cantidad entonces existe alopecia o pérdida de cabello. Para evitar un mal mayor, se puede hacer un trabajo preventivo con la ayuda de algunas hierbas, semillas y alimentos.
Semillas de lino: ricas en ácidos grasos Omega-3 que pueden prevenir la pérdida de cabello al mismo tiempo que mejoran su salud y crecimiento. Conviene consumir una cucharada junto con un vaso de agua cada mañana. También se las puede añadir a ensaladas, jugos y sopas.
Semillas de uva: contienen grandes cantidades de complejos de procianidinas, que son poderosos antioxidantes que neutralizan los radicales libres que pueden causar daño a los folículos pilosos y aumentan significativamente el número total de pelos en el cuero cabelludo designado en comparación con el placebo. ¿Dónde encontrarlo? En las manzanas, chocolate, arándanos y té verde.
Lavanda: según un estudio de University of Maryland Medical Center, las personas con alopecia que fueron tratados con lavanda y otros aceites esenciales diariamente durante siete meses experimentaron significativamente el recrecimiento del cabello en comparación con el grupo placebo.
Romero: otra hierba que se ha utilizado para el crecimiento del cabello y la lucha contra la alopecia. Ampliamente utilizado como especia, así como con fines medicinales para mejorar la memoria, estimular el crecimiento del cabello y apoyar el sistema circulatorio y nervioso, el romero contiene antioxidantes que combaten los radicales libres responsables de la destrucción del pelo. Cuando se utiliza junto con los aceites esenciales de lavanda y otros, el romero puede rejuvenecer y mejorar el crecimiento del cabello.
Remolacha: contiene proteína, potasio, vitaminas B y C y calcio. Es conveniente consumir jugo de remolacha a diario, eso sí hay que consumirla cruda para que no pierda las proteínas y propiedades.