¿A qué conductas prestarle atención y qué hacer para evitar un suicidio?

Sin duda una de las series de TV más polémicas de este año fue “13 Reasons Why”. Creada y emitida por Netflix, la historia narra el último tiempo de vida de Hanna Baker, una adolescente que elige terminar con su vida pero antes graba un cassette por cada persona que la hizo tomar esa decisión y le pide a un amigo que se los haga llegar luego de su fallecimiento. En la serie, capítulo a capítulo se van conociendo diferentes acontecimientos que perturban a la joven, aunque sus padres y compañeros de colegio no perciben su estado ni consideran la posibilidad de que suceda tal acontecimiento.

Más allá de la generación de conciencia sobre el bullying y sobre cómo se puede lastimar al otro – aunque muchas veces sin ser conscientes – la historia plantea otro interrogante: ¿a qué indicadores prestarle atención para evitar un hecho de este tipo? ¿A qué deben estar alerta familiares y amigos?

“Algunos indicadores que pueden dar las personas que atraviesan una situación de riesgo es la retracción de los vínculos sociales, el aislamiento y también la irritabilidad con los más cercanos como familiares y amigos. A su vez, las alteraciones en el ciclo del sueño – dormir durante el día y estar despierto por la noche –y la anhedonia o pérdida del deseo, son también signos de alarma a los que debemos prestarle atención. Lo mismo cuando hay reiteradas alusiones a la muerte, amenazas de suicidio o sentimientos de angustia y desesperanza”, explica el Dr. Horacio Vommaro, médico psiquiatra y Director de Psiquiatría y Salud Mental de INEBA.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que en el mundo se suicidan por año un millón de personas, es decir, que se registra una tasa de 16 por 100 mil. El número aumenta considerablemente en adolescentes y jóvenes y es un acto que se da más en hombres que en mujeres.

El suicidio es una de las tres primeras causas de defunción en el grupo de personas de entre 15 y 44 años y es la segunda causa de fallecimientos en el grupo de niños y jóvenes de entre 10 y 24 años.

En Argentina, de acuerdo a las últimas cifras del Ministerio de Salud de la Nación, el suicidio tiene una tasa del 7.2 por 100.000 habitantes. La cifra supera a la de muerte por homicidios, que actualmente es de 5.2.

“En la prevención del suicidio hay que tener en cuenta la modalidad clínica con la que se presenta. En ningún caso hay que banalizar el intento suicida, ya que el 20% de las personas que lo intenta una vez, vuelve a realizarlo al cabo de un año y el 50%, luego de cinco. Es muy importante pedir ayuda lo más tempranamente posible y recurrir a una consulta con un profesional a pesar de la reticencia que se expresa frecuentemente. A su vez, los familiares y amigos deben acompañar con cariño y paciencia, contener y no exigir a la persona que salga de ese estado de manera repentina”, comenta Vommaro.