- Defectos congénitos.
- Tratamientos como quimioterapia y radiación.
- Consumo compulsivo de alcohol, marihuana o cocaína.
- Desequilibrios hormonales.
- Impotencia.
- Infecciones.
- Consumo de ciertos fármacos.
- Obesidad.
- Tabaquismo.
- Eyaculación retrógrada.
- Enfermedades de transmisión sexual o lesiones.