Combata el estrés con yoga

A través de la historia, el hombre ha luchado contra el estrés a distintos niveles, según se lo exige la evolución. En esta era digital donde los sentidos están sometidos a múltiples estímulos y las exigencias del mundo externo son mayores, muchas veces se olvida de su ser interior, pierde el contacto con sí mismo, generando estados de estrés con más frecuencia, que muchas veces desbordan su capacidad de gestionarlo y el orden para lograr sobrellevarlo.
En el momento de buscar ayuda, dentro del abanico de posibilidades, se puede acudir a terapias tradicionales, alternativas o disciplinas que den otra opción de mirar la vida. Dentro de estas últimas encontramos el Yoga: una Disciplina oriental milenaria, incorporada hoy día a la civilización occidental y que aporta innumerables beneficios psicofísicos, sola o como complemento en cualquier terapia médica o psicológica, sin importar la edad.
Las asanas (posturas de yoga) y el pranayama (respiración yóguica), practicados juntos permiten alcanzar gran energía en el cuerpo, estimulando células y relajando la tensión muscular. Con una práctica regular, los sentidos que distraen a la mente hacia el entorno externo son traídos hacia el interno calmando la mente inquieta.
A medida que se practica el yoga, cada asana es acompañada de ciclos respiratorios completos conscientes, que ayudan a que haya una circulación de un mayor flujo de sangre ricamente oxigenada y nutriente hacia el cerebro y el resto del cuerpo. Esto permite estimular la memoria, la atención y la concentración.
Esos momentos de quietud consciente a través de las asanas permiten alcanzar calma mental y que se cargue de energía.
Los ejercicios se realizan progresivamente según el cuerpo va permitiéndolo, para evitar lesiones, sin competir. A medida que se practica, se desarrolla elasticidad, flexibilidad y podrá permanecer más tiempo en una postura. Se trabaja en la percepción del movimiento consciente.
Para reducir el estrés, el cuerpo y la mente no deben ser tratados como componentes separados. La tensión asociada con el estrés es acumulada en gran medida en los músculos del diafragma y en el sistema nervioso. Si estas áreas son relajadas, el estrés se reduce. El yoga provee una profunda relajación y tiene un profundo efecto sobre el sistema nervioso central, como así también sobre el sistema circulatorio, respiratorio y digestivo.
Cuando algunas partes del cuerpo están tensas, la circulación en estas áreas disminuye reduciendo el sistema inmunológico. El yoga trabaja en estas áreas para liberar la tensión y aumentar la circulación. La sangre fluye a todas las partes del cuerpo estabilizando el ritmo cardíaco y la presión arterial.
Una respiración rápida y poco profunda se vuelve profunda y lenta, permitiendo acceder a una alta oxigenación y removiendo el estrés del cuerpo y la mente.
También se incluye la meditación o Mindfulness (conciencia plena) que se ejercita prestando atención de manera activa, situándose en el momento presente y sin juzgar, haciéndose más realistas para asumir la existencia, independiente de las circunstancias que lo rodeen.
La atención plena da otra manera de sostener la experiencia desde la presencia; desarrollar la capacidad de abrazar la realidad de las cosas es curativo y transformador. El cultivo de la atención plena es un acto de amor y compasión por uno mismo.

Asesoró: Carola Espain – Profesora de Yoga