Durante los primeros años de vida, es fundamental que los padres presten atención al desarrollo auditivo de sus hijos y sepan cuáles son los síntomas típicos de la pérdida auditiva, para detectar si el niño escucha dentro de lo que es considerado normal. Para esto, es conveniente preguntarse:
- ¿No reacciona a los sonidos fuertes?
- ¿Tiene problemas para distinguir de dónde viene un sonido?
- ¿Empieza a balbucear, pero el murmullo no se convierte en un discurso comprensible?
- ¿No reacciona a las voces, sobre todo cuando no lo tienen “a upa”?
- ¿No cumple órdenes o malinterpreta las instrucciones?
- ¿Actúa frustrado por razones desconocidas?
Si la respuesta a alguna de estas preguntas es “sí”, los especialistas aconsejan en primer lugar es consultar con el pediatra, que sabrá indicar los pasos a seguir.