Tratamiento no tradicional de lesiones deportivas

Ya nadie duda de los numerosos beneficios que presenta la actividad física para la salud. En el último tiempo ha surgido un boom por las actividades intensas como correr o realizar crossfit, que si bien favorecen integralmente al organismo conllevan algunos riesgos para los que hay que estar atentos.
El sobreentrenamiento o la mala elección de la actividad física pueden producir daños; también la falta de reposo o una mala entrada en calor, al igual que las lesiones mal rehabilitadas, las accidentales o los traumatismos.
En algunas ocasiones, quienes practican deportes de manera amateur se entrenan tanto como los deportistas profesionales y se someten a una exigencia física mayor de la que deberían. Esto también genera lesiones que pueden influir en su rendimiento deportivo.

Running, un capítulo aparte
En la actualidad, salir a correr es uno de los deportes más practicados por hombres y mujeres. Algunas de las razones por las que suma adeptos es porque es sencillo, no implica grandes gastos económicos y puede realizarse a cualquier hora del día, por lo que las personas pueden adaptarlo a su disponibilidad horaria fácilmente.
Ahora bien, esas posibilidades hacen que en muchos casos no se practique de manera controlada por un profesor o especialista en el tema, lo que ocasiona con frecuencia algún tipo de lesión cuando se entrena o compite. El running tiene un gran impacto y ejerce una enorme presión en el organismo. Es importante escuchar al cuerpo. Si no se practica adecuadamente, empiezan a aparecer las lesiones. Conozca las más frecuentes.

Rodilla del corredor: esta lesión suele estar localizada en el centro de la rodilla o bien en la cara externa. Algunos de los motivos que la originan pueden ser el sobreesfuerzo, rodilla desalineada, muslos rígidos o pies planos. Habitualmente, el dolor tiene varios orígenes: el síndrome de la cintilla iliotibial y la patología del tendón rotuliano son dos de las causas más comunes. Estas se producen por mala elongación y por el impacto del cuerpo sobre la rodilla. Para evitarlas es importante elongar las zonas de los gemelos, isquiotibiales, cuádriceps, tensor de la fascia lata y glúteos.

Periostitis: se la llama “síndrome por estrés medial de la tibia”, ya que es donde surge el dolor. La razón, es el impacto que el correr tiene en las piernas y se intensifica por la mala técnica al hacerlo. La manera más común de tratarla es interrumpir la salida a correr durante un tiempo, hasta que remita. Y por supuesto, comprar zapatillas adecuadas al tipo de pisada e intensidad de ejercicio que realiza cada uno.

Fascitis plantar: es una inflamación aguda de la fascia plantar en la zona próxima al talón, producida por el impacto y el acortamiento tanto de gemelos como del tendón de Aquiles. Para disminuir este dolor lo más indicado es estirar correctamente tanto la pierna como el pie. Una pelota de tenis es un buen recurso para darse un masaje en el tendón, girando el pie encima de la bola.

Tendinosis del Aquiles: su causa tiene que ver con la mala elongación de los gemelos y de toda la cadena posterior de la pierna, asociado a veces a una mala técnica de correr. Su tratamiento incluye elongación, aplicación de hielo y la pierna en alto para calmar el dolor. Si este no desaparece en dos o tres días, la visita al médico es más que obligada.

Una solución definitiva para las lesiones
Cuando las indicaciones tradicionales (como la terapia antinflamatoria, la kinesiología, el fortalecimiento muscular o la rehabilitación) ya no dan resultado, existe una novedosa y muy efectiva técnica de medicina regenerativa, a partir de la utilización del plasma rico en plaquetas.
Para los deportistas de alto rendimiento esta terapéutica permite reparar los tejidos más rápidamente. Se extrae sangre del paciente, se concentran las plaquetas y en la pared de estas se encuentran los factores de crecimiento que son los encargados de reparar tejido, por lo que se realiza una inyección con un concentrado de factores de crecimiento en el lugar de la lesión reparando y regenerándola de una manera más rápida y eficaz.
La efectividad de esta técnica depende de la habilidad del profesional y de la concentración de plaquetas inyectadas. Es un tratamiento muy seguro, ya que proviene de la misma sangre del paciente.

Dr. Gonzalo Yamauchi – MN 116.375 – Especialista en medicina familiar y medicina musculoesquelética